Un millón de libros por leer
- Rosa Burgos Ruiz
- 14 nov 2023
- 2 Min. de lectura
Hay miles de millones de libros en el mundo dispuestos para que los leamos y, cada día, este número aumenta más. Releer, en esas condiciones, puede verse como una completa pérdida de tiempo. Sin embargo, a mí me puede la debilidad de releer una y otra vez mis libros favoritos.
Cuando encontramos una historia donde nos vemos a nosotros mismos, donde encajamos con los personajes y nos sentimos identificados con los valores que transmiten, encontramos un hogar. Durante el tiempo que leemos esa obra, los personajes se convierte en nuestra familia, en amigos a los que consagramos nuestro tiempo y nuestros secretos. Cuando la novela termina, en muchas ocasiones, pasamos por un proceso casi de luto en el que tenemos que decir adiós a esos personajes y, no siempre empezamos inmediatamente después otra novela, como para darnos ese tiempo de reposo emocional entre perder unos personajes y encontrarnos con otros.
Para mí, al menos, es así. Releer un libro se convierte en mi forma de volver a casa. No debemos confundir esto con terminarlo y volver a la página 1, que tampoco tiene nada de malo, pero es diferente. En este caso, os hablo de necesitar volver a estar entre unas páginas específicas, volver a reencontrarnos con ciertos personajes que necesitamos de nuevo, porque nuestro corazón nos lo pide así. En ninguno de los casos es perder el tiempo o perder la posibilidad de disfrutar de nuevos mundos, sino la oportunidad de volver a uno en el que nos sentíamos en casa.
Sin embargo, habrá quienes digan, creo que todos lo hemos escuchado, que guardar el luto a una obra, sea por una hora o por varios días, es una absoluta pérdida de tiempo. Nos recalcarán una y mil veces que hay millones de universos ahí fuera esperando a ser leídos y que, cuando cerremos por la página final uno, cojamos el siguiente de la estantería sin pensarlo demasiado. No es que estos lectores no tengan alma, aunque algunos podríamos pensarlo, sino que tienen otra forma de llevar sus lecturas, una sed de nuevos mundos y aventuras que otros tomamos con más calma.
¿Hay algún enfoque correcto en estos temas? Creo que podemos afirmar con rotundidad que no. Para ser un buen lector no es necesario releer un centenar de veces y conocer de memoria las mejores citas de tu novela, pero tampoco es necesario leer cien libros al año y ser capaz de cambiar uno por el siguiente sin una pausa para respirar. Lo que en mi opinión define al buen lector, lejos de géneros, cantidades o velocidad de lectura, es aquel que sencillamente es capaz de abstraerse y disfrutar con la lectura, con cualquier tipo de lectura que le plazca.




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